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Sáb. Mar 22nd, 2025

Natacha Traiman: Desde el Silencio y la Voz del Tango

PorColoniaMagazine

16/12/2024

Hay historias que se tejen entre luces, sombras y silencios. Algunas se convierten en poesía y otras, como la de Natacha Traiman, encuentran su cauce en la música. Sentada frente a mí, en el marco de esta nueva sección Personas del Sacramento, Natacha compartió un poco de sí misma y abrió las puertas a una vida entregada al arte.

Natacha Traiman, despues del silencio

Me recibió en su casa, un espacio que refleja quién es: artístico, auténtico y lleno de detalles que hablan de su amor por el arte. El té con miel y limón en la mesa marcó un inicio cálido, pero yo no estaba ahí solo para tomar el té. Había ido para conocerla a ella, saber quién es Natacha Traiman y por qué decidió lanzar su disco Desde el Silencio.


Soy cantante desde que nací

“Soy cantante desde que nací. Es lo que soy, no lo que hago”, dijo con claridad. Creció en una casa donde la música era protagonista. “Mi vieja era una gran cantante, y mi padrastro era baterista de la orquesta municipal de Colonia. En mi casa había gente estudiando guitarra, batería, canto. Había peñas todas las semanas. Yo tenía siete años, iba con mi vieja a verla cantar y me quedaba dormida en la mesa de los bares.”

A los 15 años subió por primera vez a un escenario. Era una banda de rock y blues, y el miedo la acompañó en ese debut. “Un minuto antes de salir dije ‘yo no puedo cantar’. Me quedé afónica, no podía. Me dieron una petaca de grapamiel y me dijeron ‘tomá, hasta el fondo, y salí a cantar’. Subí y entendí todo. Atravesar el miedo me hizo entender lo que era el amor, la felicidad y el valor.”

Desde ese día, el escenario se convirtió en su lugar más cómodo. Pasó por el rock, el blues, y finalmente el tango. “El tango te espera. Yo siempre digo que hay un tango para cada persona.”


los morlacos del notario
Los Morlacos del Notario | Sala Zitarrosa

Montevideo: el inicio del tango

A los 18 años se mudó a Montevideo, donde el tango la encontró de manera inesperada. “Yo cantaba blues y rock, hasta que un día escuché un disco de Malena Muyala, y ahí me volví loca. Después escuché al Polaco Goyeneche, y enloquecí completo. Me obsesioné con el tango. Empecé a ir a concursos, aunque no me gustan los concursos. Ahí me empezaron a enseñar personas más grandes que yo. Terminé en una orquesta típica que se llamaba Los Morlacos del Notario. Éramos 12 músicos; mantener algo así es casi imposible. Pero fue hermoso.”

Montevideo también trajo consigo retos. “Siempre canté con músicos hombres, toda mi vida. Recién el año pasado canté por primera vez con una guitarrista mujer. Antes no lo pensaba, pero ahora es diferente. Siempre me decían cosas como ‘para ser mujer, cantás bien’. En ese momento no respondía, pero ahora ya no dejo pasar esas cosas.”


Chile: profesionalización y nuevas experiencias

Después de varios años en Montevideo, Natacha sintió la necesidad de moverse. “Mis ciclos siempre terminan y empiezan por amor. Soy una persona muy romántica. Cuando me fui de Uruguay fue porque se terminó un gran amor, y también porque quería vivir otras experiencias.”

A los 30 años llegó a Santiago de Chile. “Cuando llegué, fui sola a una milonga que se llamaba Cachafaz. El dueño me sacó a bailar, y cuando le conté que era cantante, me dijo: ‘Subí ahora’. Me subí al escenario y me contrató en ese momento.”

Chile le permitió dedicarse exclusivamente a la música. “Fue un lugar donde pude profesionalizarme. Decía que sí a todo. Cantaba con músicos que no conocía, sin ensayos. Ahí aprendí el oficio. También organizamos una milonga mensual que se llamaba La Milonga Chascona. Era en la calle, con música en vivo, y llegaban más de 300 personas. Fue una experiencia hermosa.”


El silencio que marcó su carrera

Fue durante este tiempo en Colonia que Natacha enfrentó un desafío inesperado: la otosclerosis. “De un día para otro empecé a perder la audición. Usé audífonos y canté igual, pero fue durísimo. Cuando los médicos me dijeron que no sabían si la operación iba a salir bien, lo hice igual. Fue muy duro, pero salí adelante.”

El tiempo de recuperación fue un momento de introspección. “Estuve meses en silencio absoluto. No podía escuchar ni hablar. Me prometí que si volvía a escuchar, grabaría un disco. Quería dejar un registro de lo que amo hacer.”

Desde el Silencio: un disco hecho desde el alma

Ese disco, Desde el Silencio, se grabó en Buenos Aires junto al guitarrista César Angeleri. “César fue mi director, productor y guitarrista. Es de los mejores músicos que conozco. Grabamos en un mes y medio. También participaron Hugo Fattoruso y Daniel Maza. El disco es muy mío, con temas que me atravesaron. No es tango clásico, tiene muchas influencias de todo lo que canté antes.”

La presentación en La Locanda


Este jueves 19 de diciembre, Natacha presentará Desde el Silencio en La Locanda, a las 22:00 horas. “Es mi casa. Siempre me reciben con amor, y sé que va a estar lleno de gente querida. Es un lugar que me da mucha paz para cantar.”

La entrada será libre y gratuita, pero recomienda reservar lugar con anticipación. Además, el disco estará disponible en formato físico: “Me gusta que sea tangible. Tiene fotos y poesías que no se ven en la versión digital.”

“Si no canto, no soy yo”

Antes de despedirnos, Natacha resumió su relación con la música: “El escenario es mi lugar. Es donde me siento real. Si no canto, no soy yo.”

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